La jubilación es una etapa de la vida llena de posibilidades y cambios, y una pregunta que puede surgir es si es viable realizar una inversión inmobiliaria durante esta fase. Ser prejubilado, dejar de cotizar y empezar a disfrutar de los planes de pensiones son algunas ventajas que podrían permitirte cumplir el sueño de comprar una casa, un piso o una vivienda.
Mudarse a un lugar más moderno, adquirir una residencia en la playa o una casa en una zona rural, financiar la vivienda de tus hijos: son razones que inspiran a muchas personas a adquirir un inmueble en propiedad durante la jubilación. Pero, ¿es la edad un obstáculo para comprar una casa o una vivienda?
Esta pregunta es la principal preocupación de quienes se jubilan, especialmente si no cuentan con ahorros sustanciales y necesitan solicitar un crédito hipotecario. Si bien es posible obtener un préstamo en esta etapa de la vida, existen algunas condiciones a considerar. Los expertos de VENDOPOR Inmobiliarias explican cuáles son:
1. Hipotecas a Corto Plazo
Al conceder un crédito, los bancos suelen requerir que ninguno de los titulares supere los 70-75 años al finalizar el pago (algunos incluso fijan el tope en 80 años). Por lo tanto, el plazo máximo de concesión suele ser de 10 años, o 15 en el caso de los prejubilados.
2. Máximo del 50% de Préstamo Hipotecario
Si tus ahorros son limitados, a menos que cuentes con ingresos muy elevados, obtener una hipoteca puede ser complicado. Por lo general, los bancos financiarán hasta un 80% del precio del inmueble. En este caso, los expertos recomendamos que no se supere el 50%, lo que facilitará la capacidad de pago.
3. ¿Ya Tienes una Primera Vivienda en Propiedad?
Contar con una primera vivienda en propiedad puede facilitar la obtención de una hipoteca. Lo más recomendable es venderla y aumentar tu porcentaje de ahorro para la compra. Además, el actual IRPF permite a quienes tienen más de 65 años no tributar por las plusvalías obtenidas en la venta de su vivienda habitual. Si no eliges esta opción, también puedes considerar alquilarla y utilizar la renta mensual para pagar el préstamo.
4. Estabilidad de Ingresos, una Ventaja
En principio, la pensión es un salario garantizado que se recibe todos los meses. Este menor riesgo es tenido en cuenta por los bancos. Otro factor que puede ayudar es contar con un Plan de Pensiones privado, lo que incrementaría tus ingresos y permitiría enfrentar cómodamente las cuotas mensuales.
5. Los Prejubilados, con Más Oportunidades
Son los que tienen mayores probabilidades de obtener una hipoteca. Con edades que oscilan entre los 55 y 65 años, generalmente cuentan con un perfil socioeconómico medio o medio-alto y suelen tener tramos de pensión más altos.
6. Menos Intereses y Sin Seguro de Vida
Este tipo de hipotecas, al ser más cortas y con cuotas más elevadas, implican intereses mucho menores que las hipotecas a 30 años. Además, en función de la edad, podrías ahorrarte el seguro de vida, ya que suele cubrir solo hasta los 65 años. También, el seguro de amortización solo protegerá hasta los 70 años.
Invertir en una propiedad durante la jubilación es una posibilidad real, pero es esencial entender las condiciones y buscar asesoramiento financiero para tomar decisiones informadas. Una vivienda en esta etapa de la vida puede ofrecer comodidad, estabilidad y, quizás, la realización de un sueño largamente acariciado. ¡La jubilación es un momento perfecto para emprender nuevos proyectos!
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